La depresión en los adolescentes

Aproximadamente 1 de cada 5 adolescentes sufre de depresión en algún momento. Su hijo adolescente puede estar deprimido si se siente triste, melancólico, infeliz o abatido. La depresión es un problema grave, más aún si estos sentimientos han tomado el control de su vida por ello es necesario recurrir a la ayuda psicologica en lima para poder tratar este problema.

Reconozca el problema

Su hijo adolescente está en mayor riesgo de depresión si:

Los trastornos del estado de ánimo se dan en su familia.

Experimenta un evento estresante en su vida como una muerte en la familia, padres que se divorcian, intimidación, ruptura con un novio o una novia o mal rendimiento en la escuela.

Tiene baja autoestima y es muy crítico de sí mismo.

Se trata de una niña. Las adolescentes tienen el doble de posibilidades de sufrir depresión que los niños.

Tiene problemas para socializar.

Presenta trastornos de aprendizaje.

Tiene una enfermedad crónica.

Hay problemas familiares o problemas con sus padres.

Si su hijo adolescente está deprimido, usted puede observar algunos de los siguientes síntomas comunes de la depresión. Si estos síntomas duran dos semanas o más, hable con el médico que lo atiende.

Irritabilidad frecuente con brotes repentinos de ira.

Mayor sensibilidad a la crítica.

Quejas de dolores de cabeza, de estómago u otros problemas corporales. Es posible que su hijo vaya mucho a la enfermería de la escuela.

Retraimiento de personas como los padres o algunos amigos.

No disfrutar de las actividades que por lo general le gustan.

Sentirse cansado durante gran parte del día.

Sentimientos de tristeza o melancolía la mayor parte del tiempo.

Observe cambios en las rutinas diarias de su adolescente que puedan ser un signo de depresión. Las rutinas diarias de su hijo pueden cambiar cuando está deprimido. Usted puede notar que su hijo tiene:

Problemas para dormir o está durmiendo más de lo normal.

Un cambio en los hábitos alimentarios, como no tener hambre o comer más de lo habitual.

Dificultad para concentrarse.

Problemas para tomar decisiones.

Observe cambios en el comportamiento de su hijo que podrían ser un signo de depresión. Podría tratarse de problemas en casa o en la escuela.

Desmejoramiento en las calificaciones escolares, la asistencia, no hacer las tareas.

Comportamientos de alto riesgo, como conducir de manera imprudente, tener sexo sin precaución o el hurto en tiendas.

Alejarse de la familia y los amigos y pasar más tiempo a solas.

Beber o consumir drogas.

Los adolescentes con depresión también pueden tener:

Trastornos de ansiedad

Trastorno de hiperactividad con déficit de atención (THDA)

Trastorno bipolar

Trastornos alimentarios (como la bulimia o la anorexia)

Una observación adecuada y temprana de estos síntomas puede ayudarle a salvar la vida de sus hijos adolescentes, por lo que si reconce alguna de estas no dude en acudir al médico o a la ayuda psicologica en lima para que pueda ayudarle a encontrar la solución a sus problemas y los de su familia.

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Aprenda a detectar tempranamente el síndrome de Asperger

Perteneciente al espectro autista, el síndrome de Asperger es uno de los más comunes en la actualidad, peor también difícil de detectar por lo que es bueno recurrir a la ayuda psicologica en lima de forma temprana para identificar señales de este síndrome en nuestros pequeños

Signos de alarma

Vamos a dedicar esta entrada a los signos de alarma del Sindrome de Asperger, también conocido como el trastorno invisible por lo que habitualmente se tarda en diagnosticar. Estos niños se confunden con niños peculiares y habitualmente se malinterpretan sus conductas como intencionadas, también se pueden confundir con niños hiperactivos o superdotados, causando en ellos serios problemas de ansiedad y frustración, debido a la incompresión de sus dificultades.

El problema no suele detectarse en la primera infancia lo que hace que no se establezca un diagnóstico hacia los 5- 6 años y que no se inicie un tratamiento especializado hasta los 6 o 7 años de edad.

Como siempre recalcamos que la presencia de uno o varias síntomas, no asegura la presencia de un trastorno del espectro autista, pero si que es conveniente trasladar la duda a un profesional. Por ello vamos a enumerar algunos de los síntomas que los padres y madres deben de prestar atención antes de los 2 años de vida de su hijo o hija:

Que a los tres meses de edad, el bebé no siga con la mirada a la persona que está con él.

Que a esta misma edad, no parezca gustarle que le levanten en brazos o le abracen.

Que a los 4 meses no sonría nunca a las personas que están con él, ni haga sonidos con la boca como para llamarles.

Que a esta edad no le guste jugar con otra persona, y no llore nunca ni se enfade cuando acabe el juego, o que no haya empezado a imitar algunos gestos.

Que a los 6 meses no hay empezado a manipular juguetes.

Que a esta edad no muestre expresiones de alegría.

Que a los 9 meses no haya empezado a compartir gestos, sonidos o sonrisas con otras personas.

Que a esta edad no participe en el juego de jugar a esconderse y simular que no está presente.

Que al año de edad no se gire al llamarlo por su nombre.

Que a esta edad no combine una consonante con una vocal, ejemplo: pa- pa, ma- ma.

Que al año y medio no siga un juego de imitar los gestos de otra persona o de despedirse con la mano.

Que a esta edad no mantenga el contacto visual.

Que a esta edad no haya empezado a participar en juegos de simulación.

Que a los dos años todavía no forme frases de dos palabras.

Que a esta edad no muestre interés por otros niños y niñas.

A partir de los dos años hay que prestar atención a los siguientes signos de alarma:

Que no señale con la mano para indicarnos algún objetso sobre el que quiere llamar nuestra atención, o que no muestre interés por compartir cosas que haya visto o que le gusten.

Que tenga constantemente movimientos repetitivos o que sus juegos sean siempre iguales.

Que se enfade mucho ante un cambio imprevisto, o cuando se le altera una rutina.

Que a menudo no preste atención ni interés por el mundo exterior, o parezca sordo.

Que no utilice juguetes para el juego simbólico (imaginar,simular situaciones…) sino sólo para colocarlos en un orden determinado.

Que muestre una especial sensibilidad a determinados ruidos, sabores, olores o texturas.

Que no mire hacia donde se señala.

Que no sonría nunca cuando mire a la cara de alguien.

Que hable de una manera peculiar, sin entonación, o sobre temas que no parecen propios de su edad.

Que no acostumbre a jugar ni relacionarse con los otros niños y niñas.

Observando alguna de estas conductas y con la ayuda psicologica en lima podrá detectar a tiempo si su niño padece este síndrome y podrá tomar el tratamiento adecuado para convivir con él.

Little Girl Covering Ears